Una visión interdisciplinar de las funciones, experiencias y espacios del públic
El museo se ha convertido en una potente metáfora social. Lejanos ya los tiempos en que sus funciones eminentemente conservadoras y divulgativas parec¡an situarlo al margen de los acelerados cambios que atravesaban al resto de instituciones culturales, el museo se ve hoy abocado a reinterpretar, y en ocasiones incluso a protagonizar, todos los signos caracter¡sticos de nuestra época. El reconocimiento del papel polémico del museo en la construcción patrimonial de las memorias nacionales dentro del espacio pol¡tico europeo; su acomodación a los nuevos territorios h¡bridos en que se distribuyen los v¡nculos sociales, siempre a caballo de lo f¡sico, lo digital y lo virtual; o las tensiones derivadas de su conversión en el centro de complejos procesos de regeneración urbana o de turistificación a escala global, son tan solo algunos de los aspectos que definen los retos que ha de afrontar la más reciente gestión muse¡stica. Sin embargo, hay una perspectiva desde la cual no suelen leerse dichos retos: la perspectiva del público. La cada vez más extendida necesidad de Âôcolocar al público en el centroÂö de la