«De la contemplación del páramo castellano, de su desnuda serenidad y sus inconmensurables silencios, le salen a Fermín Herrero unos versos claros como los cielos invernizos y cortantes como las heladas de sus altas tierras. Lacónicos, como palabra de castellano viejo, los títulos de las partes del libro brillan por su elocuencia: Lugar, Nieve, Lumbre, Ceniza, Mar y Hora. Nada sobra aquí. Tampoco nada falta. Parafraseando al poeta, "lo que parece simple" tiene "mucha letra menuda". La melancolía por un mundo que desaparece no hace sino resucitarlo delante de nuestros ojos. Una mirada perpleja atraviesa el tiempo y nos lleva de nuevo, y sin remedio, al origen». (Álvaro Valverde)