A medio camino entre el libro de memorias y la Guía Paquirrín de Puticlubs con Encanto, Andrés Vázquez de Sola rinde un homenaje gráfico y literario a las putas. Un oficio que él dignifica siempre que se realice libremente. Desde sus recuerdos de infancia de los burdeles gaditanos que él y su hermano admiraban de lejos, conscientes del profundo misterio que escondían, salta a las entrañables casas de putas granadinas donde el sexo era mucho más placentero que los tocamientos que con tanta generosidad dispensaban los curas en el colegio. Con gran ingenio y requiebros de palabras, el gran humorista español ensalza los prostíbulos nacionales frente a la frialdad de los franceses y saca punta a los cuernos, que en ocasiones implican abundancia.