Desde principios del siglo XX, el desarrollo de la economía capitalista acentuó cada vez más las tensiones sociales e impulsó una fuerte expansión de las economías centrales sobre las periféricas y una competencia vertiginosa por acceder a nuevos mercados. La consolidación de estas economías centrales en el marco de una economía mundial occidental ha dado lugar a una estructura de poder que explica la evolución de los conflictos sociales y el desarrollo de políticas económicas en la periferia. Este trabajo analiza cómo esta estructura de poder ha influido en el desarrollo de los conflictos entre distintos sectores sociales y políticos a los largo de este período.