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Al polo norte en avión

Amundsen, Roald Traducción: Mendoza Larssen, Augusto
INTERFOLIO
08 / 2008
9788493695002
Castellano
LEER Y VIAJAR CLASICO
2
Religión

Sinopsis

Uno de los primeros vuelos sobre la banquisa polar narrada por los protagonistas que consiguieron sobrevivir cuatro semanas en el hielo mientras preparaban una pista de despegue. Amundsen y su equipo trataron de llegar al Polo Norte en avión en 1925; no lo consiguieron y estuvieron atrapados en el hielo cuatro semanas. La narración tiene una sólida y amena estructura no exenta de acción y rigor científico. Con final felizRoald (Engelbregt Gravning) Amundsen Borge, Noruega, 1872 Algún lugar del Mar de Barents, 1928 Quien conozca algo de la vida de Amundsen apreciará el «extraño» atuendo que muestra en esta fotografía. Cuentan que su pasión por las tierras polares comenzó de niño y, a los ocho años, dormía con la ventana abierta para acostumbrarse al frío de cara a su futuro, del que tenía una clara visión. Mundialmente conocido por descubrir el paso del noroeste y pisar por primera vez el Polo Sur, Amundsen conocía a la perfección la manera de sobrevivir en condiciones extremas gracias a sus estudios de medicina y a sus largas temporadas pasadas con los esquimales. La fatalidad quiso que su avión se estrellara en 1928 en el transcurso de una expedición de rescate al dirigible Italia, comandado por su amigo Nobile, con quien había sobrevolado el Polo Norte en el dirigible Noruega.Esta expedición fue el sexto intento de Roald Amundsen para llegar al Polo Norte. ¿Podría decirse que constituyó un fracaso tras sobrevivir más de cuatro semanas atrapados en el hielo? El lector podrá juzgarlo, pero nuestra opinión es que una expedición en la que todos vuelven a casa no puede considerarse fracasada. Amundsen fue un hábil superviviente y sus aportaciones al conocimiento de las regiones polares han perdurado hasta nuestros días. Otros fueron considerados héroes dejando su vida en el hielo, sin embargo; Amundsen ilustra aquella vieja máxima que dice: «Sobrevive hoy y podrás luchar mañana» y así, en su siguiente expedición en dirigible, Roald Amundsen venció a los polos.